Salvar la temporada
Falso es el dilema entre vida y economía como escasa la inteligencia entre los hacedores de política al concebir las medidas.
La prioridad de la vida es indiscutible como lo es la condición de ser social de nuestra especie y su función económica en orden a lograr una sostenibilidad cierta, no depredadora y sustentadora de la vida misma de la sociedad.
Grandes teóricos de la economía han formulado variadas interpretaciones sobre la evolución de la economía y la sociedad.
Mientras Ricardo y Marx señalaron que el capital portaba consigo un germen de acumulación infinita que inducía en el largo plazo a un capitalismo autodestructivo, Kuznets señaló que los ciclos de la economía eran cambiantes y que el capitalismo en su fase tardía vería reducir la desigualdad del ingreso por un incremento progresivo en la renta de cada uno de los sujetos económicos alterando el dibujo de la espiral desigualitaria.
Lo que fue la curva de kuznets como alivio y fuente de optimismo hasta avanzado el siglo XX comenzó a derrumbarse cuando se registró el fenómeno de crecimiento empobrecedor, vale decir el incremento de la riqueza con un aumento de la desigualdad.
Y tal es el debate económico que ha tomado protagonismo y coloca en el centro del análisis económico el asunto de la distribución lo cual se lleva de calle las hipótesis de crecimiento autoequilibrado. Por ello el aporte de Thomas Piketty es trascendental.
A partir del libro sobre El capital en el Siglo XXI nos lleva al territorio de la distribución como eje de la teoría económica y a plantear decisiones que nos reubiquen en la mejora de la renta, en la renta básica, en la pensión universal, en la ruta de la economía del cuidado, en el mínimo bienestar para todos. Y la pandemia puso al desnudo la realidad de la fractura social que en el caso colombiano es inadmisible.
Por ello, en medio de este fangoso pantano inmovilista, el papel inmediato de la política monetaria es vital y la flexibilización de las conductas estereotípicas de los actores y de los gremios es fundamental.
Son decisiones sencillas que reduzcan el impacto del desempleo en el poder de compra de las familias, morigeren el temor y el pesimismo, y actúen como animadores de la demanda en torno a la temporada decembrina y de comienzos del 2021.
El comercio electrónico es una herramienta fundamental de la bioseguridad y extender el ciclo de compras del fin de año como lo ha sugerido el gobierno es lo más aconsejable. Es simple, urge adoptar dos medidas sencillas y eficaces:
1.Anticipar el pago de la prima navideña, propuesta de Fenalco como una decisión voluntaria de los empleadores orientada a estimular la demanda del sector familias vinculado al empleo formal y
2.Autorizar las compras con tarjeta de crédito con pago a una cuota a los sesenta días sin intereses propuesta que he formulado desde hace seis meses como una opción voluntaria para las instituciones financieras que deseen consolidar nexos con el comercio electrónico, fidelizar clientes en este período de cancelación de tarjetas y alentar vínculos ante la depresión de la demanda crediticia de clientes consolidados como consecuencia de la incertidumbre general.
Publicado en Portafolio el 4 de noviembre de 2020
https://www.portafolio.co/salvar-la-temporada-opinion-juan-alfredo-pinto-546352