Mikta: el nuevo grupo alternativo de naciones
Con un modelo diferente de integración México, Indonesia, Corea, Turquía y Australia, potencias intermedias del G20, ofrecen a Colombia un espacio no tradicional en su proyección internacional.
Con un Foro Académico en la Universidad Externado de Colombia, precedido por un Festival Gastronómico, el Grupo de Diplomacia Innovativa MIKTA hace su presentación formal ante la sociedad colombiana. Este hecho diplomático, podría convertirse para Colombia en una oportunidad meritoria, si nuestras autoridades saben leer las intenciones de los embajadores de estas cinco naciones acreditados en Bogotá.
La iniciativa arrancó en 2013 cuando los cancilleres de las potencias intermedias que asistían a la Asamblea General de la ONU, decidieron realizar la reunión que sentó las bases de MIKTA con un propósito central: Hacer una contribución alterna a la gobernanza global tendiendo puentes al interior del sistema multilateral, superando el inmovilismo con respecto a reglas efectivas de orden general, desde fuentes varias y naciones diversas, con el interés de lograr consensos sobre los complejos y múltiples desafíos del presente.
MIKTA no se definió como un bloque sino como una agrupación flexible con capacidad adaptativa para interpretar sin prejuicios los asuntos globales, proponer metas alternas y adicionales en el ámbito multilateral y dialogar con independencia frente a los grandes poderes.
Las reuniones de los ministros de exteriores son como retiros de reflexión en sedes diferentes, la Presidencia es rotativa y aunque las motivaciones de los miembros todavía exhiben señales particulares, el grupo comienza a mostrar deseos de conformar agendas concretas y visibles en el circuito internacional.
Los miembros de MIKTA son diversos en cuanto a su cultura, estructura socio-económica, geografía y patrimonio natural pero tienen puntos significativos en común: Producto In terno Bruto (PIB) similares, deseo de alcanzar una mayor influencia en la dinámica global como naciones intermedias dentro del G20, manifiesto interés por la integración en nuevas esferas de las relaciones internacionales, disposición al intercambio de conocimientos y experiencias.
El grupo es informal y no se define por una aproximación geográfica, limítrofe o subregional. El plano económico tiene importancia pero no es la única arteria de su proceso.
MIKTA es una plataforma para el diálogo, una expresión de diplomacia innovativa que no opera bajo la presión del consenso. Cuando el economista Jim O’Neill tuvo la idea, que para algunos no era más que una ocurrencia, de crear el acrónimo BRIC, no imaginábamos que ese nombre hiciera sinonimia con las expresiones del gran poder universal, así sus resultados fueran magros en comparación con las dimensiones de sus integrantes.
Ahora, cuando empezamos a familiarizarnos con este otro acrónimo que enfrenta cierto escepticismo por las expectativas variadas de sus miembros, es crítico acoger el escenario construido por los embajadores de las cinco naciones que la conforman, tomando en cuenta los temas que MIKTA ha definido como de su mayor interés:
–Gobernanza internacional de la energía y acceso a la energía
–Contra-terrorismo y seguridad
–Construcción de paz
–Comercio y economía
–Igualdad de Género
–Buen gobierno
–Desarrollo Sostenible
Durante su primer lustro ese grupo ha logrado muy positivos intercambios entre sus escuelas diplomáticas, jóvenes profesionales y redes académicas. Del mayor interés ha sido el contacto y trabajo en red de centros de pensamiento y proposición estratégica como CIDE de México, Habibie Center de Indonesia, IFANS de Corea del Sur, TEPAV de Turquía y ANU de Australia.
Oportunidad para Colombia
Ahora, cuando disfrutamos de muy buenas relaciones con Corea del Sur, país que asumirá la Presidencia de MIKTA próximamente , tenemos una gran ocasión para formular una aproximación de Colombia con el Grupo.
Sus integrantes son potencias turísticas por lo cual sería útil escalar los acuerdos bilaterales hacia un marco promocional y de asistencia técnica conjunto.
Concordante con una de sus líneas de trabajo sobresalientes, la construcción de paz, es momento de plantear un acuerdo de cooperación que refuerce la contribución de la comunidad internacional a nuestro proceso de pos-acuerdo.
Y necesitados como lo estamos de inversión extranjera, vale la pena, en adición a lo que tenemos en espacios bilaterales, alcanzar un mecanismo conjunto para la promoción de inversiones por los países de MIKTA en Colombia.
No por último menos importante, la reciente reunión de líderes parlamentarios de los cinco países recalcó la importancia de adelantar acciones en favor de las industrias creativas, otro espacio de aproximación para Colombia.
Acojamos entonces el gesto de los embajadores MIKTA en Colombia y avancemos en la exploración de una nueva ruta de integración, más independiente, menos subordinada, con mayor sentido estratégico.