Acopi: 70 años de logros, resistencia y aprendizaje
REPRESENTACIÓN GREMIAL
Juan Alfredo Pinto Saavedra, expresidente nacional, agosto 27 de 2021
La vida de Acopi como organización del empresariado, perteneciente a los estratos de las micro, pequeñas y medianas empresas colombianas, corre en paralelo con la del país. Por definición somos la expresión del capital nacional y el alma productiva de la patria. Nuestra vida está llena de satisfacciones, logros y momentos difíciles. Nuestro desempeño guarda relación con los ciclos de la economía.
Desde nuestro nacimiento, el 27 de agosto de 1951, bajo el alero del Banco Popular en las oficinas del edificio Garcés, ubicado en la Carrera 8ª con Calle 11 de Bogotá, bajo la presidencia de Luis Morales Gómez, se inició una prolongada batalla por la existencia y desarrollo de la producción nacional. La tarea inicial fue desarrollar una política reformadora del crédito con el apoyo del Banco Popular, líder de la banca pública en la democratización financiera. Así se dio un gran cambio en materias como el acceso, el costo y los plazos de los préstamos otorgados a la pyme.
El sector vivió un gran momento cuando cuatro gremios regionales en la Conferencia Nacional de enero de 1952 se unieron para consolidar el gremio nacional. Adiba de Barranquilla, Opicol de Medellín, APIO de Cali y Acopi de Bogotá acuerdan integrarse en la organización nacional y, con el apoyo del Banco Popular, abrir seccionales en las principales capitales. Tal fue el comienzo. Desde entonces hemos alcanzado notables logros: la Primera Feria Internacional de Bogotá y la creación ulterior de Corferias; los surgimientos del SENA, el sistema de seguridad social, el sistema del subsidio familiar y el surgimiento del Icetex, fueron procesos que contaron con la activa participación para el gremio.
“La unidad es fundamental y el gremio puede tener diversidad de opiniones y propuestas, pero nunca dividirse por ello. Los líderes deben sacrificar espacios de poder e intereses profesionales en aras de la unidad”.
Primera lección: la unidad es fundamental y el gremio puede tener diversidad de opiniones y propuestas, pero nunca dividirse por ello. Los líderes deben sacrificar espacios de poder e intereses profesionales en aras de la unidad.
Luego del auge inicial, Acopi conocerá un ciclo de dificultades severas entre 1957 y 1962. Como lo relata el libro de nuestros primeros 55 años cuya investigación me correspondió dirigir: “Acopi generó un alto nivel de interdependencia con los gobiernos y eso le trajo beneficios en fases de ascenso político de los gobernantes de entonces, pero también enormes problemas y señalamientos en las fases de declinación”. La asociación estuvo al borde de la desaparición y tuvo un doloroso aprendizaje.
Segunda lección: “El sector empresarial requiere una buena colaboración con el sector gubernamental pero debe preservar su independencia, y estimular la participación política de los líderes empresariales y de los afiliados en general, con plena libertad, pero evitar la politización de la Institución en términos partidistas o subordinando sus posiciones a cualquier interés ajeno a la defensa de las pymes”.
El gremio también tuvo desarrollos desiguales con sus propios emprendimientos institucionales, mientras trabó nexos con los agricultores a través del apoyo a los procesos de reforma agraria y acompañó a los trabajadores en sus aspiraciones legítimas.
“El sector empresarial requiere una buena colaboración con el sector gubernamental pero debe preservar su independencia”.
Gracias a nuestro impulso aglutinante en materia asociativa, a lo largo de las siete décadas, hemos creado y consolidado numerosas cooperativas en Colombia, grupos asociativos y otras asociaciones de productores. Las cajas de compensación de Acopi jugaron un papel importante en ese desarrollo social, pero se fracasó en experimentos como la creación de un banco propio y una caja de garantías, y las dificultades llevaron a la venta de las acciones de Corferias: una decisión descabellada.
Tercera lección: el gremio debe estimular y propiciar desarrollos institucionales, mas no empeñarse en administrar directamente empresas surgidas sin la retaguardia de capital y los estudios de factibilidad que generen certidumbre en las decisiones.
Un gran logro se alcanzó con la creación de la Corporación Financiera Popular. Cumplió su misión, mas luego el Gobierno dejó de impulsarla y Acopi pugnó por su privatización. Los acopistas compraron un buen paquete accionario en actuación sin precedentes, pero cuando las acciones se valorizaron, salieron a vender.
Cuarta lección: el gremio requiere siempre de una actividad continua para propiciar el arraigo de la ética social en la comunidad empresarial y no sucumbir ante ciclos especulativos de la economía.
A lo largo de la década de los ochenta, el gremio logró integrar su plataforma conceptual e ideológica y eso lo llevó a conquistas trascendentales vigentes hasta hoy. Así, los cuadros surgidos de la pyme cristalizaron sus posibilidades en el ámbito legislativo en 1990 y más tarde en el gubernamental.
Se propició la creación del Fondo Nacional de Garantías cuyo concurso ha sido vital en esta coyuntura pandémica. Se logró la modificación de leyes laborales desestimulantes de la contratación tales como la retroactividad de las cesantías. Y en cuanto a las reformas mayores, Acopi jugó un papel en el proceso de la Constitución del 91. Un líder nacional muy cercano a la pyme, Luis Carlos Galán, fue abatido mientras Acopi realizaba en Medellín su congreso en 1989. Un duro golpe para la aspiración acopista de contar con una Ley Antimonopolios. Quinta lección: Acopi necesita formar líderes jóvenes y renovar progresivamente sus cuadros a todo nivel. Debe crear una escuela de cuadros o propiciar, como lo hizo durante el ciclo 1985-2000, una formación universitaria especial en gerencia y liderazgo de pymes.
En el desarrollo institucional de Acopi ha sido determinante el rol de la cooperación internacional. En particular, 20 años de cooperación alemana a través de la Fundación Konrad Adenauer fueron decisivos para el fortalecimiento de las seccionales y la presidencia. Cinset se convirtió en el think tank de la pyme, y de allí surgieron propuestas estratégicas como la absorción del IFI por Bancoldex, la Ley Mipyme, la Ley 550 de salvamento empresarial, la primera política ambiental para las pymes y un gran número de investigaciones y proyectos de capacitación y asistencia técnica, así como un ámbito permanente de interacción institucional con Colciencias.
Sexta lección: Acopi necesita reconstruir una política sólida y extensa de cooperación internacional. En lo interno, urge intensificar la cooperación con las universidades, apuntalada por el trípode: universidad, empresa, Estado. La capacidad institucional de generar propuestas estratégicas se ha resentido.
La pequeña y mediana empresa jugó un papel positivo en el viraje hacia una economía más abierta y de ello dio cabal demostración en la negociación del TLC con EUA, logrando una mesa pyme por vez primera en la construcción de este tipo de acuerdos. Lo que no esperaba Acopi es que la apertura se diera en paralelo con una revaluación del peso aupada por el narcotráfico y la enfermedad holandesa, así como una falencia del Estado en la implementación de una agenda interna de preparación y defensa de la producción nacional.
Séptima lección: la promoción y fomento de las mipymes pasa por un entendimiento y una capacidad interactiva de las empresas intermedias con el escenario internacional y la política exterior del país. Mientras la desindustrialización campeaba, el gremio enfrentó problemas financieros y de liderazgo en los primeros años de la nueva centuria. La crisis fue profunda y se ha requerido de un proceso gradual de recuperación de la energía institucional que empieza a cosechar frutos y debe consolidar un cambio progresivo hacia una organización moderna, funcional y eficaz. Es preciso animar el crecimiento de la organización gremial, la promoción de cuadros, la estabilidad financiera institucional bajo criterios de pluralismo activo, unidad dentro de la democracia gremial, independencia y capacidad deliberante.
Octava lección: el gremio, sus dirigentes y sus bases deben liderar el proceso de transformación institucional bajo criterios de unidad, una transformación aglutinante. Es un momento de reconocer a quienes han logrado la permanencia de Acopi y de abrir puertas para la llegada de personas con ideas y lealtad a los principios. La batalla ahora será por una política de desarrollo productivo para el sector mipyme.
Agradecido por los reconocimientos que me entregan hoy, quiero ofrecerles mi energía y concurso para formular las bases de una estrategia sectorial que involucre propuestas decisivas en el ciclo pospandémico y de nuevo gobierno, en asuntos tales como la formalización, las cadenas territoriales, la consideración diferenciada de mipymes maduras y ascendentes (I+D+I), como también de microempresas en tránsito a la formalidad, incluido el sector artesanal, la vertebración y articulación de agregados empresariales y TIC, la economía circular y la descarbonización, la cooperación internacional, el vínculo con el sector educativo, la construcción de paz y los ajustes institucionales requeridos.
Publicado en Revista PyME: Producción y Mundo Empresarial. Edición N° 17. por Acopi Bogotá Cundinamarca