Ejemplo de Convergencia Cultural
Celebramos por estos días, ciento diez años de la publicación por Maurice Maeterlinck de su trabajo titulado “La inteligencia de las flores”, una de las más bellas monografías de la floricultura universal y una pieza antológica del genial escritor belga galardonado con el premio Nobel en 1911. A través de una observación minuciosa que le tomó por lo menos una década en los alrededores de la abadía benedictina de St Wandrille en Normandía y recurriendo a los textos de botánica, el que fuera también poeta, músico y dramaturgo, nos legó preciosas historias sobre el comportamiento de las flores, su convergencia y apareamiento. Algunas de esas piezas literarias nos relatan milagros naturales a cargo de flores como la vallisneria por ejemplo, que se encargan en su función reproductiva, la cual se percibe a todas luces inviable, de materializar lo que parece imposible, de lograr transmitirnos la enseñanza acerca de cómo lo posible es un fruto cultivado con inteligencia , pasión y determinación.
La primera década en la existencia de Mansarovar es, bajo la forma del lenguaje del emprendimiento global contemporáneo, una expresión aleccionadora sobre la posibilidad de confluencias inéditas, es la cristalización venturosa de un ejemplo de convergencia cultural. Algo que, para los quisquillosos teóricos puede resultar insólito, mas no para quienes exploren de forma no superficial la antiquísima relación entre las culturas india y china y sus anhelos, eso sí, muchas veces contrariados por afectaciones coyunturales.
En Occidente, particularmente en la mediática de nuestro tiempo, suelen tener gran despliegue los insucesos, incidentes o pujas geopolíticas entre los gigantes asiáticos. Con recurrencia insospechada, recibimos información de las agencias de noticias occidentales, sobre la emulación por influir sobre el Pacifico sur o sobre el Indico, aun sobre el África y su despertar, también sobre los problemas fronterizos, la intensa competencia comercial, las diferencias al interior de los BRICS o los desacuerdos en el orden multilateral. Es como una suerte de consolación para los formadores de opinión occidentales que padecen la nostalgia de la condición hegemónica en los tiempos del mundo bipolar, una extraña modalidad de resistencia ante la “mudanza de la riqueza hacia Oriente”, cierta haraganería que no brinda el mismo despliegue a la impresionante evolución de las balanzas comerciales entre China e India, a los crecientes acuerdos políticos, a la contribución que representa para el equilibrio global y para la reducción de la pobreza universal esa aproximación, a lo trascendente que resulta para la humanidad el que los colosos asiáticos asuman una actitud responsable frente al manejo y utilización del tesoro hidro-energetico que representan los Himalayas.
La convergencia entre China e India es un asunto muy antiguo que se teje a través de hitos en dimensiones culturales de alta significación. Para mencionar solo algunos de los que registrara magistralmente Octavio Paz, podríamos hablar del budismo, del sentido del tiempo, de la contemplación, del concepto cívico de la disciplina colectiva, del valor asignado a la resistencia, del respeto por la longevidad, de la superación sistemática de la dialéctica de lo inmediato. Por el contrario, las que pudieran registrarse como diferencias recientes son el resultado de la presión por el desarrollo de fuerzas productivas entre economías emergentes. De lo que se trata es de propiciar múltiples expresiones económicas, institucionales y empresariales de convergencia que favorezcan y recuperen esa cultura de colaboración entre dos grandes naciones , las mismas que aglutinan cerca del 40 por ciento de la población global, cuyo concurso es decisivo para un mundo que no puede repetir la desilusionante verdad del materialismo histórico respecto a las guerras imperialistas del Siglo XX.
De la extraordinaria saga que representa la dilatada historia de esfuerzos por la convergencia y también de las desavenencias entre China e India, nos ofrece un gran testimonio el admirable trabajo del profesor Thant Myint – U que, a través de una minuciosa recuperación histórica y cartográfica, nos da cuenta de los múltiples procesos de aproximación entre Birmania y el reino de Yunnan, de las expediciones para consolidar la ruta desde China hasta el Golfo de Bengala. “Where China meet India” es el título del libro escrito por Thant, el cual explica con fundamento, la evolución a lo largo de estos dos mil años de esfuerzos por consolidar una conexión física que vertebre las múltiples correspondencias entre las dos naciones y sus áreas de influencia, a la vez que advierte sobre los peligros de un desequilibrio de corte neocolonial en tal escenario, el cual será menos probable en la medida en que la integración económica en todo el sur de Asia sea mayor y en que la cuenca del Pacífico consolide su enorme proceso de articulación.
Poco sabemos de la intensidad de todas estas manifestaciones de gran dinamismo económico y cultural y aun nos sorprende el proceso de ASEAN o los acuerdos de recuperación y defensa del patrimonio cultural en torno a deslumbrantes tesoros construidos por generaciones de artistas de diferentes credos y orígenes, como son los casos de Ajanta y Ellora. Todavía nos deslumbra la multiculturalidad de Singapur con sus barrios chinos e indios y con la inclusión entre sus idiomas oficiales del mandarín y del Tamil.
Hoy celebramos la circunstancia de que haya sido Colombia, en su anhelada búsqueda de la paz, el escenario donde anidó la afortunada convergencia que dio lugar a Mansarovar con sus formidables realizaciones en su primera década de existencia. Esta efemérides, nos brinda la oportunidad para explorar desde lo cultural, algunos de los factores de éxito de este audaz emprendimiento. Vale decir entonces que, dentro de este desarrollo no desprovisto de temeridad, ONGC y SINOPEC nos brindan un valioso testimonio de uno de los paradigmas de la filosofía oriental: la amistad no se construye sobre la exigencia de perfección de nuestra contraparte, ni siquiera sobre una crítica permanente que enfatice los errores; al contrario, la amistad se forja asegurando la vertebración entre virtudes, la articulación de cuanto nos une, no de lo que pudiera dividirnos.
NUNCA INDOLENTES CON EL ENTORNO:
La preocupación sistemática por el impacto de la actividad empresarial sobre todos los actores sociales relacionados con el desempeño de una organización productiva, eso que hoy se denomina responsabilidad social corporativa, tiene , para el caso de las naciones de origen de ONGC y SINOPEC, profundas raíces filosóficas y culturales que dan vida y sentido a la práctica de MANSAROVAR.
En el caso de India, el principio del Ahimsa, tan incidente en los pregones de la no violencia, es un componente fundamental de la doctrina hinduista, así como de los pensamientos propios del budismo y del jainismo. Como principio hecho precepto, consiste en no causar daño a ningún ser vivo. Si bien durante el tardío vedismo, allá hacia los mil años a de J.C. el sacrificio de animales era frecuente, el Bhagavatismo y el Vaishnavismo se encargaron de tomar distancia con estas prácticas, mientras el budismo y el jainismo las rechazaron. En el caso del jainismo, el ahimsa es un mandamiento muy severo, al punto de que es prohibido matar cualquier criatura , incluidos los insectos. Asumir este principio se extiende a procurar el bienestar de todos, aún de contradictores o enemigos. Va mucho más allá de no causar daño e implica esforzarse por el bienestar de los otros llegando al propio sacrificio. En tiempos modernos, , Gandhi explicó el alcance del concepto al decir: “Literalmente hablando, Ahimsa significa no violencia. Para mí, es algo mucho más alto. Significa que no debes ofender a nadie, significa no dar espacio a malos pensamientos aún frente a quienes hemos considerado enemigos. Para quien practica esta doctrina, no hay enemigos”.
Respecto a los basamentos de filosofía china, bastará con acercarnos un tanto a la filosofía Taoísta del Daodejing y especialmente del Zhuangzi, siempre situando al hombre cerca de la naturaleza. También será útil reconocer la fuerza de la compasión en la doctrina de Confucio, esa imposibilidad humana para practicar la cruel indolencia. Allí están las raíces de una visión que parte de la concepción sobre la vida y la sociedad y excede el interés por controlar presiones del entorno u otras acepciones reduccionistas del concepto.
Cuando se observa el concepto de gestión de riesgo y el sistema de relaciones con el entorno aplicados por Mansarovar, tal como lo reconocerán los lectores en otros capítulos de este libro, se comprende que la actuación en pro del desarrollo sostenible y los vínculos con los actores sociales internos y externos, se conciben en el caso de esta Compañía, bajo la inspiración filosófica de pensadores chinos e indios quienes , desde la antigüedad, han echado las bases de la doctrina social para sus naciones.
Esas bases filosóficas asumidas como vocación empresarial, soportan asimismo el concepto de desarrollo empresarial sostenible que es fundamental dentro de la actividad petrolera. La industria petrolera recibe aún los ataques por formas primitivas de intervención que tuvieron lugar especialmente durante la primera mitad del Siglo XX en el mundo entero, causando daño a los recursos naturales. En el caso colombiano, los accidentes productivos, la minería ilegal, y las actividades terroristas que trajo consigo la degradación del conflicto en el país, han sido utilizados para construir una visión negativa sobre el sector, que no distingue las prácticas empresariales buenas de las no deseables y apela a la condena del “extractivismo” de manera elemental y algunas veces pobremente sustentada. Los actores válidamente comprometidos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y con una actividad socio-empresarial responsable, deben hacer pedagogía desde el ejemplo y reivindicar el fundamento de su actividad en materia ambiental, haciendo conocer del uso de tecnologías ecoamigables para la extracción y manejo de crudos pesados, así como las políticas corporativas en la materia.
La primera década de Mansarovar, según los informes expertos, nos da buena cuenta del respeto a los mandatos esenciales de las filosofías orientales con respecto al medio ambiente. Cuando así se procede no se teme por el escrutinio público y por el contrario, se acude con presteza a la refrendación de compromisos.
LA CONSIDERACION ETICA DEL HECHO ECONOMICO:
A los propulsores de la Economía Social de Mercado debemos buena parte de los planteamientos acerca de la imprescindible consideración ética que ha de acompañar la actuación económica tanto en su génesis, como en la actuación productiva y en las consecuencias del proceso económico dentro de la sociedad en la cual toma curso.
Al hablar de la consideración ética de lo económico, cobran particular importancia los temas de relaciones con los consumidores, la defensa de la competencia y la renuncia a prácticas restrictivas de la misma, pero, especialmente, la actitud de las organizaciones empresariales de cara a su estrategia competetiva y a sus propios códigos de conducta. En el caso de Mansarovar, el conjunto de declaraciones fundamentales respecto a los conflictos de interés y el rechazo a toda práctica corruptora, brindan a la ciudadanía y a las instituciones un referente que, verificado a diario en la práctica empresarial, asegura una relación integral de beneficio recíproco entre la compañía y la sociedad.
Sin embargo, es claro para los pensadores de la contemporaneidad, que las dinámicas entre regulación social y emancipación social van hacia el encuentro de nuevos paradigmas en construcción. Los espacios estructurales, entre ellos lo doméstico, el territorio, los marcos legales y el rol del estado, tienden a modificarse hondamente. Los teóricos discuten hoy sobre nuevas misiones para la ciencia y anhelan una que esté menos subordinada a lo económico y aún al paradigma de la innovación, capaz de provocar convergencias entre las ciencias físicas y las sociales. Entre otros en América Latina, en su “Crítica de la Razón Indolente”, Boaventura De Sousa Santos confirma la transición paradigmática y citando a Mallarmé, define nuestro momento histórico como el de una “efervescencia preparatoria”. Al examinar los cambios en las formas y dimensiones del poder y en los órdenes social, político y económico, se percibe que, a la manera de sociedades como India y China - y este es el asunto que deseo rescatar- los espacios comunitarios empiezan a prevalecer sobre los tradicionales espacios ciudadanos y se imponen aún sobre los satisfactores que el mercado agrega a las mercancias. La comunidad parece encontrar formas libres para vivir mejor y por ello, las esferas tradicionales de la economía y el poder político deben ocuparse sincera y eficazmente de construir relaciones con las comunidades.
La construcción participativa e interactuante de un sistema orgánico relacional con las comunidades que albergan la actividad de Mansarovar, ha sido una línea de actuación permanente de la empresa a lo largo de esta primera década. Y allí estriba una diferencia profunda que emana de las fuentes socio culturales convergentes en la vida de la Compañía. La relación con el entorno, no puede darse como parte de una táctica para neutralizar presiones o para manejar la coyuntura de permanencia en una zona geográfica. Es una verdadera fusión , aprehendida en el curso de enormes procesos migratorios internos como los ocurridos en China o en las peregrinaciones indias . He tenido la suerte de concurrir a la Kumbh Mela, la peregrinación más grande del planeta en Haridwar y otras ciudades. Más allá del colapso de las vías férreas y de otras complicaciones, gracias al respeto y a la vocación hospitalaria, lo que surge entre el anfitrión comunitario y el visitante es una gran hermandad. Pude ver marchar más de dos millones de hombres a lo largo de ciento treinta kilómetros en la novena de Lord Shiva, Shiva Navratri, y también presencié su recibimiento por más de un millón de mujeres que acogen con delicadeza los cuencos con el agua sagrada. He presenciado movilizaciones de tareas comunitarias y obras públicas con participación de cientos de miles de trabajadores voluntarios en China. Existe una conciencia tácita y limpia que les lleva a respetar la comunidad albergante, a aprender de su vida y a realizar un aporte indeleble por el bienestar de quien acoge, de quien abre las puertas de su hogar, por ende, de sus corazones también. He aquí un aporte sustancial para las tareas reconstructivas y fundacionales de la nueva Colombia productiva dentro del marco del posconflicto.
LA PERSISTENCIA:
Para encontrar los logros de mérito, condición sine qua non es la persistencia no entendida como la insistencia en el error , sino como la requerida sana porfía que produce el fruto anhelado. Las diferentes culturas nos lo recuerdan desde el fértil territorio de la poesía. Don Miguel De Unamuno solía decir: “el modo de dar una vez en el clavo, es dar cien veces en la herradura”. Y Goethe dio al asunto un toque metafísico al afirmar: “Con todas las fuerzas en contra, perseverar. Jamás doblegarse. Mostrarse fuerte atrae el auxilio de los dioses”. La industria petrolera requiere, en todas sus fases, de una gran dosis de perseverancia. Cuántos campos llegaron al hallazgo tras persistir en la búsqueda a diferentes grados de profundidad. Cuántas dificultades han de sortearse para alcanzar el objetivo sin maltratar la biosfera. Cuántas mediaciones serán necesarias en los procesos de negociación y concreción de las decisiones.
En las filosofías china e india la apreciación del tiempo y el influjo de esta variable se basan en una gran flexibilidad en el manejo de los ritmos y en una suerte de paciencia interactiva que, no pretendiendo violentas aceleraciones, vigila la sana continuidad de los procesos sin tregua ni desesperanza.
Mansarovar ha sido especialmente persistente en la incorporación de tecnologías ambientalmente sanas y en el manejo de relaciones colaborativas con Ecopetrol y las instituciones sectoriales. La industria energética de vanguardia será aquella que mantenga las exigencias cualitativas en su desempeño aún en coyunturas o ciclos de declinación en los precios, así como la que vea del manejo responsable en todos los órdenes sin subordinación extrema a los rendimientos de corto plazo.
Los que hemos seguido la trayectoria de Mansarovar, en mi caso desde la ventana de apoyo a las relaciones entre América Latina y el continente asiático, tenemos confianza en la extensión de este ciclo venturoso de la primera década. Y hacemos votos por la profundización de la participación de esta organización en el sector energético colombiano, también deseamos verla tomando parte en la construcción de cadenas relacionadas con el sector petrolero en aras a incrementar los multiplicadores sociales de la actividad. Así debe ser, pues las raíces culturales sobre las que se afinca este gran emprendimiento, nos hablan de perseverar, de practicar una inconformidad no violenta y creativa. En ese credo, tejido además con resultados económicos positivos, no caben la postración o el darse por bien servido con lo logrado. Seguramente, la siguiente década va a acrisolar la ventaja competitiva alcanzada y con ello la gratitud de los ciudadanos de esas patrias amigas. Sin vanidad ni exageraciones, a partir de los hechos y de la evolución propia de Mansarovar, tras el denodado esfuerzo realizado, viene a nuestra memoria la hermosa estrofa del poeta clásico chino Tu Fu, aquel llamado por sus coterráneos “el santo del verso”:
“Escalando tu cumbre,
todos los demás montes,
ya diminutos,
se postran a mis pies”
JUAN ALFREDO PINTO SAAVEDRA
Noviembre 2016
https://www.utadeo.edu.co/es/notas/observatorio-asia-pacifico/142591/mansarovar-ejemplo-de-convergencia-cultural-en-asia