Acopi y la mipyme entran en la fase de la recuperación
Acopi llegará viva aún convaleciendo al 2021, habrá llanto y regocijo en la celebración de sus 70 años de existencia como representante y defensora de los grupos intermedios, de la clase media empresarial, del capital no monopolista. Las microempresas tendrán una mortalidad cercana al 30 por ciento, las pequeñas unidades formales perderán el 20% de sus huestes y la mediana empresa mostrará una letalidad rondando el 7% de las unidades. En el sector informal, donde la micro es dominante, la mortalidad será mayor y puede alcanzar al 36% de los establecimientos familiares y unipersonales.
Las unidades fenecidas son en su mayoría formas económicas de reproducción simple de capital, las cuales viven del día a día. Sin acumulación de capital al no ser reproductivas, no pueden formar ahorro y son muy vulnerables. Se localizan principalmente en los servicios, son negocios ambulantes, de oficios a domicilio y estacionarios callejeros. Las MIPEs en estado grave pertenecen al comercio, a los servicios gastronómicos y de turismo, al transporte y a los variados negocios que pululan alrededor de Universidades, centros empresariales y establecimientos escolares. Las medianas pertenecen al sector de industrias culturales, entretenimiento, hotelería, gastronomía, licores, servicios a la aviación, operadores turísticos, y a los encargados de suministros para oficina, así como a los proveedores de servicios generales subcontratados por firmas con oficinas tradicionales. Acopi logró hacerse escuchar y el gobierno tomó decisiones en respuesta al gremio, fortaleciendo el Fondo de Garantías, una creación institucional de la Asociación, apoyando el subsidio a las nóminas, otorgando tratamiento especial a los cesantes temporales y enfermos. Adicionalmente, la interacción con el gobierno trajo como resultado que, durante el ciclo de pandemia, el Congreso de la República sacara adelante con respaldo de Acopi la Ley de Pago a Plazos Justos que tuvo inadmisibles resistencias de Andi y de las grandes superficies comerciales. Dentro de ese proceso el parlamento acertó al establecer la Comisión Accidental Mipyme que ojalá adquiera carácter permanente. Es posible que aparezca el documento Conpes para la reactivación respecto del cual el gremio ha solicitado se incluya un estímulo eficaz a las compras públicas al estrato Mipyme y se promueva el emprendimiento. Rosmery Quintero como Presidente y el grupo de mujeres que copan la mayor parte de las direcciones ejecutivas regionales, así como los asesores de la academia que han hecho su aporte, merecen la gratitud del sector.
El gobierno habría podido reducir la mortalidad con una intervención más rápida, reactivadora de la demanda y salvadora del empleo. Aunque el sector financiero realizó su aporte, la aversión al riesgo terminó reduciendo el acceso de los más necesitados y, propuestas como el pago a 60 días sin intereses en las compras con tarjeta de crédito, formidable instrumento de reanimación de la demanda, no ha sido considerado hasta el presente. Del mismo modo que las restricciones dejan por fuera de las políticas sociales a campesinos, adultos mayores, mujeres, desplazados y migrantes, las barreras a la formalización limitan el acceso de los informales a los instrumentos de salvación y fomento, a las cajas de compensación y a servicios de las cámaras de comercio.
La Mipyme debe asumir ahora su parte en el ciclo de pospandemia. Lo primero es la transformación de los negocios de menor tamaño. La fractura empresarial dejó como balance un segmento de medianas empresas con capacidad exportadora y nivel competitivo, un grupo de pequeñas empresas con buen posicionamiento en el mercado doméstico y marcas renombradas pero con problemas de productividad que amenazan su permanencia estratégica y un buen número de pequeñas empresas que descendió al nivel micro y debe ser asistido para efectuar las mutaciones en el modelo de negocio, completar el viraje hacia la digitalización, desarrollar procesos de innovación en casi todas las áreas clave de gestión y resultados, y plantearse esquemas de alianzas y asociatividad de corte moderno y eficacia comprobada.
Al llegar a los 70 años Acopi será una asociación privada constructiva e independiente representante de un sector insustituible como la Mipyme, que removerá las barreras a la inclusión empresarial, pugnará por la formalización de las microempresas para evitar el canibalismo en ciertos sectores y favorecer la mejora colectiva.
El gremio será el conductor de la formalización y el promotor de una red de apoyo que incluya las instituciones públicas, el sistema del subsidio familiar y las cámaras de comercio. En su madurez institucional dará cabida a jóvenes empresarios en las primeras filas de la actividad gremial, ejercerá el rol de líder en la configuración participativa de los presupuestos a nivel local, gestor de alternativas nano crediticias que derroten definitivamente el gota a gota criminal.
He participado en tres eventos reanimadores y vibrantes durante la última semana, el sexagésimo Congreso Nacional de Acopi, la Jornada de Política Industrial de Acopi - Bogotá y el Foro de Economía Sostenible de Acopi Antioquia. Cientos de jóvenes empresarios mostrando temperamento y longanimidad. He podido contribuir en la gestación de algunas propuestas: la creación del Viceministerio Mipyme como rector de la política sectorial, la participación de la vocería gremial en las misiones de empleo, un comité consultivo para la Mipyme en APC y otro en el Ministerio de C y T, el impulso a programas con la economía solidaria, las transformaciones digitales y productivas, la forja de proyectos regionales y un nuevo ciclo de los Programas de Gerencia Mipyme y adecuación exportadora en las universidades colombianas.
Publicado en Portafolio el 11 de diciembre de 2020